La alteración en los hábitos alimentarios de las personas favorece la aparición del ‘hambre emocional’ o, lo que es lo mismo, una falsa sensación de apetito que puede aparecer a cualquier hora del día y que solemos satisfacer con alimentos poco nutritivos y calóricos, como los ultraprocesados.
Las situaciones de estrés, irritación, conflictos internos que nos llevan a comer inconscientemente, dificultades sociales o laborales, así como la tendencia a estar deprimido son factores que pueden favorecer el acto de comer de forma emocional. (Seguir Leyendo)