La ciudad de Nueva York cambiará las carpas de gran tamaño para brindar albergue temporal a migrantes hacia una pequeña isla frente a Manhattan desde un sitio remoto del Bronx, después de que las tormentas del fin de semana suscitaran preocupación por la posibilidad de inundaciones en el lugar previsto originalmente.
El alcalde Eric Adams anunció el lunes que el centro de ayuda humanitaria de la ciudad se ubicará ahora en la Isla de Randall, que se encuentra en las aguas entre Manhattan, Queens y el Bronx. La isla cuenta con cinco puentes que la conectan a los tres distritos, y la gente puede salir de la isla en autobús o a pie para llegar al sistema de metro de la ciudad.
Las carpas del centro se habían colocado en un estacionamiento de Orchard Beach, en la parte noreste del Bronx, en el estrecho de Long Island Sound, donde el acceso al transporte público es limitado. Imágenes publicadas en internet mostraban encharcamientos en la zona tras las lluvias del fin de semana.
En un comunicado en el que se anunció el cambio, Adams dijo que, aunque la ciudad podía adaptar el emplazamiento original, cambiar la ubicación del centro era “el camino más eficiente y eficaz”.
El plan de la ciudad para el albergue en Orchard Beach había sido recibido con preocupación por defensores de inmigrantes, quienes mencionaron la falta de accesos, entre otras razones, y esa preocupación se extendió a la nueva ubicación.
“La ciudad debe buscar otras soluciones en lugar de campamentos, donde nuestros clientes estarán asilados y expuestos a condiciones meteorológicas extremas, y lejos del transporte público y otros servicios fundamentales”, señalaron Legal Aid Society y Coalition for the Homeless en comunicados difundidos el martes.
Adams aseguró que el nuevo sitio abrirá más o menos en la misma fecha que se tenía prevista para la ubicación original, aunque no especificó cuándo sería. Agregó que tendrá capacidad para albergar a 500 personas.
La ciudad de Nueva York ha registrado un aumento inesperado de solicitantes de asilo en los últimos meses, enviados a la ciudad desde otros estados, como Texas y Arizona.
La afluencia ha puesto a prueba el sistema de albergues de la ciudad, lo que ha llevado a las autoridades a buscar otros sitios para recibir a los migrantes y proponer la instalación de campamentos temporales.
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