A la hora de buscar la calma, aquí te listamos algunas técnicas para lograrlo.
Respiración profunda: en este caso hablamos de hacer foco en la técnica. Respira de manera lenta y profunda, inhalando por la nariz, manteniendo la respiración y liberando el aire con calma.
En instancias de presión, el ritmo respiratorio se acelera puesto que es una respuesta lógica del organismo para prepararse para el peligro. Al respirar lento, se sustituye la señal de alerta.
Canta: si cantas alguna melodía a ritmo lento, puedes estimular el nervio vago, que es uno de los de mayor importancia para el funcionamiento del cuerpo, el décimo de los doce pares craneales
Concéntrate: no te obligues a querer hacer dos o más cosas de manera simultánea, puesto que es imposible para el cerebro procesar ambas tareas al mismo tiempo. Esto, de hecho, produce una sobreestimulación e inundación de hormonas del estrés en tu cuerpo.
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