El traspaso al mercado eléctrico fuerza a Bruselas a estudiar medidas de urgencia para evitar que los hogares y empresas paguen toda la factura de la guerra
La cuerda está cerca de romperse por el lado más inesperado. Si hasta hace pocos días el debate giraba en torno a la posibilidad de que Rusia dejase de exportar sus vastas reservas energéticas a Europa y a Estados Unidos, hoy es Occidente quien está a un paso de cortar por lo sano. Tanto los precios del petróleo como los del gas natural cotizan ya una opción que en tiempo récord ha pasado de ser descabellada —las primeras sanciones económicas sobre Moscú fueron muy cuidadosas al excluir a la energía— a altamente probable.
El crudo Brent, el de referencia en Europa, roza este lunes 130 dólares por barril, no tan lejos ya de los 140 que llegó a superar en 2008, su máximo histórico. En esta ocasión, sin embargo, la depreciación del euro frente al dólar —la moneda en la que cotizan la mayoría de materias primas— también juega un papel determinante: cuanto más débil esté la moneda única frente al billete verde, mayor será la sangría de precios. El megavatio hora de gas ha llegado a rebasar, por su parte, los 300 euros en el mercado TTF holandés, la referencia europea. Es 15 veces más que hace un año y un nuevo pico desde que hay registros. fuente https://elpais.com/noticias/