Entre toses, el papa Francisco dijo el domingo a los peregrinos reunidos para la tradicional bendición semanal que cancelaba su asistencia a un retiro espiritual de una semana a las afueras de Roma por un resfriado.
Es la primera vez en sus siete años de papado que se pierde los ejercicios espirituales, que inició al comienzo de su mandato para conmemorar el inicio de la Cuaresma. Estos retiros son habituales entre los jesuitas, la orden a la que pertenece el pontífice. (Seguir Leyendo)